Skip to content Skip to footer

Convertirte en madre en el extranjero: ¡doble desafío!

Como ya debes saberlo, vivir en otro país implica un cambio rotundo en muchos aspectos que requiere de tiempo y paciencia, para una nueva adaptación e integración. Cada persona, lo vive a su ritmo y según el motivo por el que haya emigrado será más o menos fácil.  Hay algunos que emigran por amor, otros por estudios y un tiempo determinado, algunos para buscar nuevas experiencias de vida, otros por motivos políticos o culturales. Sea cual sea la razón, y dependiendo en la fase en la que te encuentres como inmigrante: luna de miel, desilusión, fase de estrés, adaptación o integración como nos lo pueden mencionar expertos en temas de migración, el convertirte en madre es otro mundo, sin lugar a dudas. Estés en tu país de origen o no, convertirte en madre, es un mundo nuevo por conocer, explorar y por supuesto, adaptarse. Y si eres de las curiosas y valientes, puede ser también una oportunidad de conocerte a fondo con tus luces y tus sombras.

Laura Gutman, reconocida terapeuta y escritora argentina dedicada a la maternidad y crianza, y conocida por su libro “La maternidad y el encuentro con la propia sombra” que recomiendo leer a toda mamá, menciona que: “La familia nace con el primer hijo” y así también, creo yo, es que damos vida a una nueva versión de nosotras mismas, dejando morir a esa vieja yo. Porque este proceso vital para la madre, hija/o, pareja y familia, implica un duelo. Una pérdida de nuestra vieja identidad, nuestra vieja forma de hacer, nuestro cambio en la imagen corporal, social y personal. Nos esforzamos muchas veces, sin embargo, por seguir la vida lineal impuesta, y nos olvidamos de que somos finalmente seres cíclicos y qué, al no estar a la altura y ritmo del mundo que avanza allá afuera, nos aislamos, opacamos, bajamos el ritmo y pasamos de estar en todas activamente a estar “fuera de lugar” muchas veces, como ocurre con tu grupo de amigos, que ya no puedes andar como ellos en todas, por salud, o estado físico, etc.

Dejar ir esa antigua identidad, además de estar comenzando o ya integrándote en una nueva comunidad, suele ser un gran desafío. Sobre todo, para las “supermujeres”, independientes, activas, realizadas profesionalmente. y que, en muchas ocasiones al negarse este cambio, es cuando comienzan los problemas, como llegar a tener una depresión postparto, por ejemplo.

La buena noticia es, que existe la posibilidad de tomar acción antes de que ocurra. Por eso, me gustaría compartir desde mis formaciones y experiencia personal, algunas recomendaciones que funcionan a muchas mujeres:

Para que seas del 70% de las mujeres que viven su maternidad mentalmente saludable, considerando lo que la OMS indica sobre que una depresión postparto tiende a aparecer en el embarazo y se extiende hasta el puerperio y se presenta al menos en una de cada 10 madres en países industrializados, el doble en países en desarrollo y otros expertos hablan de hasta un de un 35% que la padecen, estás a tiempo de tomar alguna acción pare prevenirlo y transitar esta experiencia desde sus inicios de manera más amorosa y respetuosa contigo misma:

Aquí te comparto 7 cosas que puedes hacer, desde el momento que te enteras serás madre en el extranjero:

1. Busca tu tribu: Súmate a foros, grupos de facebook, asociaciones, clubes, centros para padres, para compartir tu experiencia y aprender de otras experiencias. Además, para averiguar trámites y aspectos legales propios del país que te encuentras.

2. Habla con tu pareja: Comunicar sobre lo que vas necesitando a nivel físico, emocional y mental desde el embarazo es importante, además les ayuda a convertirse en un mejor equipo. Recuerda que no es un trámite ser madre/padre, es todo un viaje por descubrir.

3.Pide ayuda a tu grupo de amigos, familiares de tu pareja en el nuevo país que vives, por ejemplo: para delegar compras, tareas de la casa, sobre todo para el postparto, ya que puede ser un alivio enorme y valdrá la pena haberlo pedido con tiempo.

4.Busca apoyo e información profesional: Aparte de consultar con tu médico, informarte con otros profesionales especializados en temas de maternidad, embarazo, parto, sexualidad, crianza, relación de pareja, etc. evita que te “infoxiques”, pues hay mucha información contradictoria en internet que puede dañarte y jugarte en contra.

5.Descubre tus nuevas luces o potenciales: Ya al vivir fuera de tu país, seguro has notado de todo lo que eres capaz de hacer y quizás con más seguridad ser tu misma: lleva un registro de lo que te va pasando en tu proceso de maternidad, si hay cambios importantes que te estén afectando busca apoyo, participa en talleres, cursos o terapias que te ayuden a integrar todos tus aspectos, físicos, psicológicos y sociales, sigue con tus hobbies adecuados para tu salud, para que vivas esta nueva etapa de tu vida y renazcas con tu mejor versión junto a tu hijo y familia lo mejor posible.

6.Mantén contacto con tu familia y amigos de tu país de origen: si son de las personas que te dan una inyección de alegría y confianza, potencia esa relación que te hace sentir en casa estando aún lejos de ellos. Necesitamos cultivar desde el principio la alegría, optimismo y amor.

7.Confía en tu intuición, pues seguro será tu guía que te llevará a personas, lugares y espacios que te comprendan, contengan y apoyen con respeto y amor en este momento de tu vida tan importante.

Recuerda, estás haciendo un gran y triple trabajo, creando una vida, convirtiéndote en una nueva mujer y en un nuevo lugar lejos de tus seres queridos, costumbres e idioma. Agradécete lo valiente que eres al transitar este nuevo viaje. ¡Ser mamá y en el extranjero!

No olvides que nunca estás sola, siempre hay una tribu esperando encantada para acompañarte.

Con amor, una mamá inmigrante de dos nenes en Alemania.

Paulina, de Ekamdoulas.

Leave a comment

Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web (en desarrollo)    Configurar y más información
Privacidad